A medida que tu pérdida auditiva progresa, es posible que experimentes dificultades para escuchar todas las conversaciones, ya sea en una comida familiar, cuando sales de noche con tus amigos o cuando vas al cine.
Volver a participar en conversaciones
Si encuentras que te es difícil seguir lo que dicen otras personas, también será difícil ser un participante activo en conversaciones interesantes. Esto es porque la pérdida auditiva a menudo hace que se pierda muchas claves sutiles. Por el contrario, las personas con una audición normal de forma subconsciente se dan cuenta cuando la otra persona quiere hablar porque escuchan cosas como cuando una persona respira un poco más profundamente antes de hablar.
De forma que para seguir siendo socialmente activo, deberás poder volver a participar en las conversaciones. Esto requiere que oigas bien.
Si tienes un audífono, tu audioprotesista a menudo podrá ajustarlo de forma más precisa para ti. Si aún no tienes un audífono, su audioprotesista puede aconsejarte sobre las diferentes opciones.
Las multitudes suponen un batiburrillo de sonidos.
Quizá encuentres que las conversaciones entre tú y otra persona están bien. Hay menos sonidos molestos, está claro quién debería hablar y cuándo, y generalmente estás cerca de la otra persona.
Pero si una nueva persona entra en un grupo, las cosas se vuelven mucho más complejas. Si piensas en una comida familiar o una pequeña fiesta, los temas de conversación cambian rápidamente. Diferentes personas se unen a la conversación y la dejan. Las personas hablan a la vez, y de un lado a otro de la habitación. Y si el tema les apasiona, hablan más rápido.
Entonces, ¿solo necesito más volumen?
Desafortunadamente, no es tan sencillo. Hacer que los sonidos sean más altos es solo parte de la respuesta: también se trata de gestionar el ruido y centrarse en tu audición.
El ruido absorbe tu mundo si tienes problemas de audición, puede ser más difícil separar los sonidos entre ellos, de forma que es más difícil centrarse en lo que deseas escuchar.
Todos los sonidos parecen llegar a la vez en un "muro de sonidos" general donde el ruido de fondo y el habla se mezclan. Puedes escuchar a las personas hablar, pero es más difícil seleccionar, no es tan fácil saber dónde empieza y termina el habla.
Esto es porque con un "muro de sonidos", puede escuchar, pero es más difícil centrarse en un sonido específico.
No puede discernir de dónde proviene el sonido, de forma que es difícil dirigir tu atención rápidamente. Te vuelves menos capaz de elegir qué deseas escuchar.
Para oír bien, debes poder ignorar algunos sonidos para que puedas centrarte en lo que quieres escuchar.
Las cafeterías y restaurantes añaden complejidad
Cuando hablas con alguien y no hay otros sonidos de fondo, tu conversación destaca claramente. Pero en lugares más ruidosos como restaurantes y otros sitios públicos, el sonido que quieres escuchar se mezcla con otros sonidos. Te enfrentas al ruido de la cocina, a las charlas de las mesas de alrededor, y a la música, compitiendo todos a la vez por tu atención.
Es mucho más difícil descartar el ruido y centrarse en los sonidos individuales. Pero no es imposible, siempre que seas consciente de los desafíos del ruido.
Un buen consejo es pedir una mesa tranquila. Y si tienes audífonos con Bluetooth®, un micrófono personal puede ayudarte a transmitir la voz de la otra persona directamente a tus oídos.
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Conéctate a actuaciones, cines, iglesias y mucho más
Parte de ser sociable consiste en salir con amigos y familiares al cine o al teatro. O quizá prefieres conferencias o presentaciones. En lugares como estos, tu pérdida auditiva puede provocar algunos desafíos. Afortunadamente, muchos lugares públicos cuentan con un bucle magnético integrado. En ciertos tipos de audífonos estos sistemas envían el sonido directamente a un receptor. Esto se denomina bobina de inducción.
Con tratamiento, socializar es más fácil
Si sufres una pérdida auditiva, tu cerebro tiene que trabajar más para interpretar los sonidos en eventos sociales como fiestas o bodas. Es mucho más cansado porque te enfrentas a múltiples conversaciones que evolucionan de forma rápida e impredecible. Y hay mucho ruido de fondo de la cocina, y quizá de otras fiestas.
Tu cerebro es una herramienta increíble, y puedes recurrir a tu memoria para rellenar automáticamente las palabras que faltan para que puedas comprender el contexto más general, pero esto requiere un gran esfuerzo mental.
Entonces, ¿qué puedes hacer?
Escuchas con el cerebro, no con los oídos.
Tus oídos recogen los sonidos. Recogen todos los sonidos que te rodean todo el tiempo, incluso cuando duermes. Pero es tu cerebro el que interpreta el sonido. Tu cerebro decide en qué centrarse, y qué ruidos filtrar.
Nuestro cerebro tiene la increíble capacidad de centrarse en el sonido de interés e ignorar el resto. Esta capacidad se denomina "atención selectiva". Es el sistema de reducción del ruido propio del cerebro y es muy efectivo. Sin embargo, a medida que tu audición se deteriora, tu cerebro tiene menos información sobre la cual aplicar esta función de atención selectiva. Seguir el ritmo se vuelve difícil.
Si padeces una pérdida auditiva, las conversaciones requieren más energía mental. Quizá hayas notado que estás mucho más cansado por la noche. A mayor cantidad de ruido y complejidad, más esfuerzo realizará tu cerebro.
Descubre más sobre cómo usar tu cerebro para oír